
sábado, 27 de abril de 2013
En Amsterdam, una invasión de visitantes
En Villa Eickenhorst, la casa de los futuros reyes de Holanda, en los suburbios de La Haya, hoy será un día calmo. Guillermo Alejandro cumple 46 años y los festejará tranquilamente con su mujer, Máxima, sus hijas y unos pocos amigos.
En Amsterdam, en cambio, el día será más intenso, tanto que el alcalde de la ciudad, Eberhard van der Laan, teme que hoy empiece a gestarse una invasión de cara a la asunción del martes próximo.
"Yo estoy sereno y duermo bien. Lo único que me preocupa es que venga demasiada gente a la ciudad", dijo ayer Van der Laan.
El ayuntamiento prevé, como mínimo, que unas 800.000 personas participen de los festejos en toda la ciudad, el doble de la cantidad de holandeses que suele celebrar todos los años el Día de la Reina, el 30 de abril, en Amsterdam.
Van der Laan no anticipa incidentes como los de 1980, cuando Beatriz fue entronizada. Ese 30 de abril, cientos de okupas se lanzaron a las calles para reclamar viviendas y el Dam, también entonces escenario de la asunción, se convirtió en un campo de batalla. Pero sí cree que el entusiasmo por el cambio de mando puede desbordar a las más de 15.000 personas, entre policías y empleados, del operativo de vigilancia.
Sin pensarlo mucho, el gobierno local tomó una medida que probablemente irrite a muchos holandeses, tan conocidos por su afecto a la cerveza. Prohibió a los supermercados y bares vender más de una botella de alcohol por persona.
Además de holandeses, el gobierno espera a varios miles de extranjeros. De hecho, las reservas hechas desde el exterior subieron un 30% en comparación con las de la misma época en otros años.
De Europa, los más interesados en ser testigos de la asunción de Guillermo Alejandro y de Máxima son los italianos y los alemanes. Al parecer, según un sondeo publicado anteayer, al 20% de los alemanes le gustaría contar con una casa real. Como no la tienen, no está mal disfrutar de la de los vecinos, tal es así que los canales de televisión alemanes enviaron por lo menos a 80 personas a cubrir los festejos.
Un número similar de periodistas viajará de Japón a Holanda para cubrir no sólo la entronización, sino también el primer viaje al exterior en siete años de Masako, la mujer del heredero al trono, Naruhito, que, golpeada por una depresión, evita la vida pública.
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