

sábado, 4 de mayo de 2013
Intenso inicio de reinado para Guillermo y Máxima
- La euforia pasó y Amsterdam recupera su enérgico pero ordenado ritmo de siempre. Poco y nada indica, ahora, en sus calles, que apenas hace cuatro días la investidura de los nuevos reyes movilizó a 800.000 personas, que acompañaron a Guillermo Alejandro y a Máxima durante horas y horas de festejos.
Ellos, como la ciudad, también están listos para reanudar su vida de siempre, sólo que, al menos en los primeros meses, ésta será bastante más movida que cuando eran príncipes de Orange. Por eso, descansarán hasta mañana, cuando comienzan sus actividades oficiales como los primeros reyes europeos del siglo XXI.
Guillermo y Máxima dejaron el Palacio Real anteayer al mediodía luego de tomar el brunch con los invitados que quedaban y buena parte de la familia Orange, incluidos primos y tíos venidos desde el resto de Holanda y Bélgica hasta Estados Unidos y Sudáfrica.
Después, partieron a Villa Eikenhorst, su casa en Wassenaar, donde vivirán, a pesar de que la tradición indica que deben vivir en Huis Ten Bosch, el palacio de los reyes en La Haya. Desde allí, volverán a Amsterdam para comenzar ya mañana sus actividades oficiales. El puntapié inicial de su agenda oficial serán los actos del Día del Recuerdo (de los veteranos de guerra), mañana y pasado mañana.
El lunes, Guillermo se reunirá, por primera vez, con su gabinete real, otra herencia de su madre, la ahora princesa Beatriz. Muchos de sus nuevos asesores fueron también consejeros de la ex reina.
De hecho, el jefe de ese gabinete será Jaap Leeuwenburg, ex funcionario del gobierno, que ocupaba el mismo lugar con Beatriz. Guillermo lo conoce bien y, para él, es como un padre.
En los años 90, fue Leeuwenburg el encargado de hacer que el entonces príncipe tuviese un comportamiento más real y menos propenso a los errores. Desde ese entonces, fue su secretario hasta que, en 2009, la reina lo designó jefe de su propio gabinete.
Entre los asesores de Máxima, el principal puesto recaerá en Pien Zaaijer, una ex funcionaria del Ministerio de Asuntos Internos que, en 2002, fue convocada por la casa real para que ayudara a la entonces novia de Guillermo a meterse de lleno en la cultura holandesa.
Desde entonces, es una de las personas de mayor confianza de la ahora reina y, junto con Leeuwenburg, fue parte del cortejo que acompañó la entrada de Máxima y Guillermo en la Nueva Iglesia, el martes pasado.
FORTUNA
Además de ser rey, Guillermo también es ahora el jefe de la familia Orange y, como tal, controlará entonces la fortuna privada de la casa real, estimada en entre 900 y 1000 millones de euros.
Manejar semejante riqueza es un trabajo de tiempo completo, por lo que el nuevo monarca mantendrá también el equipo de asesores financieros que ayudaron a Beatriz a dirigir, durante 33 años, todas las inversiones. El príncipe Constantino, hermano menor de Guillermo, también tendría una activa participación en ese manejo.
Tanto para el rey como para la reina, la semana de mayor trabajo no será la próxima, sino la siguiente. Entonces, Guillermo tendrá su primera reunión como rey con el premier Mark Rutte, de centroderecha, con quien comparte la edad y la generación, un dato que Beatriz habría tenido en cuenta a la hora de tomar la decisión de abdicar.
Máxima, por su parte, tendrá dos citas clave, una en los Fondos Orange, la fundación de los reyes; la otra será la inauguración de los actos por el día internacional contra la homofobia, una participación que en Holanda, el primero entre los países que legalizaron el matrimonio homosexual, le valió muchos elogios.
Después de esa semana, a los reyes los esperan varios viajes, una de las principales actividades del jefe del Estado holandés. El primero será una gira por todas las provincias del país; luego, el primer destino internacional será, como lo fue con Beatriz, Luxemburgo, y finalmente será el turno de los vecinos: Alemania y Bélgica.
Otro tema pendiente para los reyes es el de la sucesión en caso de que a Guillermo le pasara algo. El Parlamento, el verdadero dueño del poder en esta monarquía parlamentaria, aún no trató la ley para designar un regente para Amalia, ahora heredera del trono. La prensa local especula que esa designación recaería en Máxima, que sería secundada por Constantino.

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