
jueves, 19 de septiembre de 2013
Los reyes de Holanda visitan por primera vez España desde la entronización
Los príncipes de Asturias han recibido este 17 de septiembre por la mañana en la base aérea de Torrejón (Madrid) a Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, que este miércoles visitan por primera vez España desde la entronización el pasado 30 de abril. El nuevo rey de Holanda pilotaba el avión que ha aterrizado en la base madrileña hacia las 12.30 del mediodía. Además de los Príncipes, también acudieron a recibir a los reyes de Holanda la ministra de Fomento, Ana Pastor y el embajador holandés.
Se trata de una visita relámpago, de apenas un día. Tras el recibimiento oficial en Torrejón, los reyes de Holanda almuerzan en La Zarzuela con don Juan Carlos y doña Sofía, los Príncipes y la infanta Elena. Después, Guillermo Alejandro y Máxima se han desplazado hasta el Congreso de los Diputados, donde fueron recibidos por el presidente de la Cámara, Jesús Posada. Tras tomar una fotografía oficial de la visita en el patio de Floridablanca, firmaron en el Libro de Honor y mantuvieron un encuentro con los miembros de la Mesa del Congreso en el Salón de Ministros.
Tras la visita a la Cámara baja, los reyes de Holanda, a los que acompaña el ministro de Exteriores holandés, Frans Timmermans, se han reunido en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, última parada de su primera visita oficial a España.
Precisamente ayer, en la apertura oficial del año parlamentario en Holanda, y en el primer discurso de la Corona del nuevo rey, Guillermo Alejandro daba por superado el Estado del bienestar. "El clásico Estado del bienestar está, lenta, pero inequívocamente, convirtiéndose en una sociedad participativa donde todo el que pueda debe hacerse responsable de sí mismo y del medio en el que vive", dijo. El Gobierno holandés pretende aplicar nuevos recortes por valor de 6.000 millones de euros.
Desde la entronización del pasado abril, los reyes de Holanda han visitado Luxemburgo y Alemania. Poco antes de la ceremonia, todavía como príncipes, pasaron unos días de vacaciones en Aguamarga (Almería), junto a los príncipes herederos de Suecia, Victoria y Daniel Westling. Guillermo y Máxima de Holanda se conocieron en España hace 14 años, en plena feria de abril.
El pasado dos de marzo, ambos organizaron un encuentro con todos los príncipes herederos europeos -salvo el británico, Carlos de Inglaterra- en Het Oude Loo, un antiguo pabellón de caza en Apeldroorn, a modo de despedida antes de la coronación.
El rey Guillermo Alejandro de Holanda ha pilotado el avión en el que ha llegado con su esposa Máxima a la base aérea de Torrejón, donde les han recibido a pie de escalerilla los Príncipes de Asturias. Estaban acompañados por la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el embajador holandés en España
Guillermo-Alejandro y Máxima han saludado muy cordialmente a los príncipes, a los que les une una amistad desde hace años. De hecho, el rey holandés ha mostrado su alegría por ver a don Felipe con un expresivo gesto, abriendo los brazos antes de abrazarle efusivamente.
Don Felipe y doña Letizia han presentado a sus invitados a la ministra Pastor y han dado la bienvenida a los integrantes de la comitiva holandesa, entre los que figuraba el ministro de Exteriores, Frans Timmermans, y a continuación se han dirigido al coche en el que, con don Felipe al volante, se ha dirigido al Palacio de la Zarzuela.
Los Reyes les han dispensado una calurosa bienvenida, en las puertas de Zarzuela. Minutos antes de que don Felipe entrara en los jardines de Zarzuela al volante del vehículo blindado, don Juan Carlos ya aguardaba su llegada, de pie con su muleta, ante la escalinata principal del palacio, junto a la Reina, a los que se ha sumado la infanta Elena.
El rey Guillermo-Alejando ha bajado muy sonriente del coche conducido por el príncipe y mientras caminaba hacia don Juan Carlos le ha saludado en voz alta, en español, con un sonoro "¡Hola!, ¡hola!" al que ha seguido un apretón de manos y un abrazo afectuoso.
martes, 17 de septiembre de 2013
Los reyes Máxima y Guillermo presidieron el "día del príncipe"
Al igual que todos los terceros martes de septiembre desde 1848, este mediodía se celebró en La Haya el llamado Prinsjesdag o Día de Príncipe, jornada en el que se inaugura ceremonialmente el curso político holandés, pero el de hoy era distinto a todos.
Pese a la lluvia y a las bajas temperaturas que predominaban en Holanda, el número de personas que han asistido desde las calles de La Haya al paso de los Soberanos en la llamada Carroza de Oro, un regalo de la ciudad de Ámsterdam a la reina Guillermina en su coronación, ha sido el más alto de los últimos años. La curiosidad por asistir al primer Día del Príncipe de los nuevos Reyes ha llevado igualmente a que las tribunas instaladas por el Ayuntamiento, hayan pasado de albergar 1.600 asientos a 2.500.
La capital holandesa se ha despertado engalanada con infinidad de banderas naranjas, en referencia a la familia Orange, y con ambiente de fiesta. Y es que este día clave en el calendario político holandés -su denominación se refiere al cumpleaños del príncipe estatúter Guillermo V (1748-806)-, ha servido a lo largo de la Historia para que los holandeses muestren su admiración a la Familia Real. Igualmente el Día del Príncipe tiene una gran relevancia política, ya que es el momento elegido por el Soberano para leer el Troonrede o Discurso del Trono, en el que el Ejecutivo, en boca del Jefe del Estado, da a conocer los planes, especialmente económicos, para el nuevo curso.
El Rey ha sido recibido por los representantes de la Cámara Alta (Eerste kamer) y la Cámara Baja (Tweede Kamer), en la Sala de Armas situada en la plaza Binnenhof de la capital de los Países Bajos y ha afirmado en su primer Discurso del Trono que existen indicios de que la economía mundial y, en concreto, la holandesa está en camino de abandonar el estado de crisis. El Soberano ha subrayado que es necesario prestar atención a las necesidades sociales de los ciudadanos. El discurso ha comenzado con un agradecimiento al parlamento y al pueblo holandeses por su cálida acogida como nuevo Soberano, y, especialmente, ha recordado a su madre, la princesa Beatriz.
Los Reyes abandonaron el Palacio de Noordeinde a la una de la tarde en punto, tal y como manda la tradición, camino de la Sala de Armas, acompañados de los príncipes Constantino y Laurentien. Además de los miembros de la Casa Real, el séquito también estuvo formado por diversos cuerpos militares como la Guardia Real, los Granaderos, o la Caballería Real. Durante el trayecto se dispararon cada minuto salvas para anunciar la llegada de los Reyes a la plaza Binnenhof. A su llegada, una fanfarria interpretó el Wilhelmus, himno nacional de los Países Bajos. Los Reyes se bajaron de los carruajes y se dirigieron a la escalinata de entrada, lugar en el que se efectuó el homenaje a la bandera nacional.
Una vez más, Máxima de Holanda deslumbró con su elegancia y su eterna sonrisa. Para la ocasión, la Soberana eligió un favorecedor vestido de manga larga en color oro y pamela ladeada a juego, la misma que llevó al enlace de los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco.
El Día del Príncipe ha concluido a las dos y media de la tarde con la tradicional escena del balcón en el Palacio Noordeinde, donde la Familia Real ha regresado después de que el Rey leyera el Discurso del Trono en la Sala de la Caballería. Cientos de ciudadanos han vitoreado a los Reyes y a los príncipes Constantino y Laurentien, que respondieron desde la balconada con sonrisas y saludando con la mano. Mañana corresponderán a las muestras de cariño de sus admiradores en España..
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